La importancia de llamarse Sweetie by Sandhya Menon

La importancia de llamarse Sweetie by Sandhya Menon

autor:Sandhya Menon [MENON, SANDHYA]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Crossbooks México
publicado: 2021-10-28T05:00:00+00:00


Durante jueves y viernes, el tiempo pasó muy lento. Incluso durante los entrenamientos, que ella dominaba por completo, parecía que cada segundo del reloj pasaba como aceite denso goteando entre cada tuerca y perno. Sin importar a dónde volteara, veía a Ashish por todos lados: un chico alto con cabello negro, la risa de un chico de último año al que le contaron un chiste, la sonrisa masculina de un tipo en un comercial de la tele. «Ten cuidado, Sweetie; no se trata de que te enamores del chico». Él era un coqueto incansable, pero Sweetie no le daba mucha importancia. Él básicamente le había dicho que no podía entregarse al cien por ciento debido a Celia. Además, Ashish era una de esas personas coquetas por naturaleza; era su estado normal. Hasta cuando descansaba era coqueto. Además, estaba pasando por momentos dolorosos y ella debía respetar eso. Y sí lo respetaba. Esto tal vez era un tipo de locura temporal.

El sábado en la mañana, Sweetie llegó a la casa de Ashish vestida con una vieja camiseta de algodón blanca (la mejor para lucir los polvos de colores del Holi) y un par de pants viejos. De pronto se sintió un poco incómoda al pie de la puerta, pensando si tal vez su aspecto era un poco desaliñado. Claro que su ropa acabaría arruinada en el Holi, este festival de colores en el que la gente en verdad tenía permiso para arrojarte polvos de colores y embarrártelos en la cara, pero, como sea, eso seguía siendo una cita.

Entonces Ashish abrió la puerta con su gran sonrisa coqueta y se relajó. Traía una camiseta deshilachada y pants viejos, igual que ella. Ni siquiera se había molestado en cepillarse el cabello.

—¡Al Holi! —dijo mientras cerraba la puerta tras él y bajando las escaleras con ella.

—Espera, ¿tus padres no vienen?

—Nah. Ellos hacen la puja en el templo, pero no han hecho lo de los colores en años. Dicen que están demasiado viejos, pero yo realmente creo que es porque no tienen ropa suficientemente vieja.

Ella se rio.

—Sí, tal vez sea eso.

Caminaron hacia el Jeep de Ashish.

—Si no te importa, me gustaría irnos en este auto, para no ensuciar el Porsche.

—Bueno, de hecho, pensé que tal vez yo podría conducir hoy —dijo Sweetie alzando las cejas inquisitivamente.

Ashish dudó un momento.

—Okey, sí, sí. —Caminó hacia su sedán y ella rio. Él frunció las cejas—: ¿Qué?

—No estás acostumbrado a que te lleven en una cita, ¿verdad?

Él abrió la boca para discutir, pero la cerró.

—No, la verdad, no —exclamó, luego rio y se subió al asiento del copiloto—, pero estoy abierto a esto.

—Me alegra —dijo Sweetie sonriendo. Se metió al auto y encendió el motor—, porque soy una excelente conductora.



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